martes, 20 de octubre de 2009

El niño que roba


El robo también suele producirse como resultado de un sentimiento de frustración.
Cuando el niño se inicia en esta conducta, fácilmente la convierte en un hábito, pasando de pequeños hurtos en casa a robos cada vez mayores.
Algunas de las causas por las que un niño, al que no le falta nada, roba son:
- por impulso, actúa sin reflexionar: desea un objeto y su egocentrismo no le deja darse cuenta de que deja a otra persona sin ese objeto.
- por culpabilidad (para que le castiguen)
- para tomar protagonismo ante compañeros,...
- para compensar el sentimiento que tiene de carencia afectiva o de abandono
- por agresividad, únicamente para perjudicar al dueño de aquel objeto, aunque despúes dicho objeto sea destruido o regalado.
En cuanto se observen indicios de esta conducta, los padres deben actuar, no deben dejar lo sucedido en algo ignorado. No debe culpabilizarse al niño: "malo" no es el niño, sino la acción de robar que ha realizado. Se hablará sobre lo sucedido, sobre cómo poder reparar el daño realizado y, si es posible, pedir disculpas a la persona afectada.
Según la gravedad o la persistencia de esta conducta se hará precisa la intervención de un psicólogo infantil


Opinión del grupo:
Pensamos que nunca podemos acusar y que sería un error decirle al niño "malo" por la acción de robar, ya que si tu al niño le hablas de la situación y le dices que eso no está bien, el niño lo entenderá y aprenderá. Si haces lo contrario y le castigas y no se lo explicas, no entenderá el castigo y no servirá de nada.
Esta conducta la pueden convertir en hábito y tampoco podemos dejarla pasar y hay que actuar y ver qué causas hacen que el niño robe, si por llamar la atención, para que le castiguen, etc.

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